"No nos eligieron para seguir haciendo lo mismo, ni para dedicarnos
simplemente al mantenimiento de lo hecho. Nos eligieron para seguir
transformando. Ése es el contrato electoral que vamos a honrar en los próximos
cuatro años" afirmó el gobernador en su discurso, y convocó a las y los
representantes de todas las fuerzas políticas a defender los recursos de la
provincia de Buenos Aires.
Del acto participaron la ex-presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el
presidente de la Suprema Corte provincial, Sergio Torres; el arzobispo de La
Plata, monseñor Mestre; el ex gobernador Felipe Solá, la presidenta de Abuelas
de Plaza de Mayo Estela de Carlotto; funcionarios y funcionarias; intendentes,
intendentas y dirigentes sindicales, entre otros. Tras la jura de ambos
mandatarios por el período 2023-2027, y luego de recibir de manos de la
vicegobernadora los atributos de mando, Kicillof se dirigió a la Asamblea.
En primer término, el gobernador agradeció "a todos los bonaerenses” y
subrayó su compromiso de "seguir gobernando para todos, sin
distinción" desde “el cargo con el que me han distinguido". Al mismo
tiempo, se posicionó frente a un gobierno nacional que puso en cuestión los
recursos de las provincias: "Estamos ante uno de los pocos episodios en la
historia de nuestra democracia en la que fuerzas políticas tan distintas van a
gobernar la Nación y la provincia de Buenos Aires. Esto no es producto del azar
ni un experimento, sino de lo más sagrado que tiene la democracia: la voluntad
popular" sostuvo, y advirtió: "En la provincia, nuestra fuerza
política consiguió la mayoría de los votos en tres elecciones, las PASO, las
generales y el ballotage". En ese sentido, consideró que "los
bonaerenses salieron a defender con su voto lo que habíamos logrado, y gracias
a eso pudimos recuperar 16 municipios y ganar en 84", enumeró.
"Estamos obligados a decirlo: pese a todas las dificultades, Los
bonaerenses evaluaron que lo que falta en materia de vivienda, educación,
salud, infraestructura, no se consigue ni con motosierra, ni con ajuste".
Al mismo tiempo, el mandatario reconoció que "la sociedad argentina
eligió un nuevo presidente cuyas ideas no compartimos, pero en democracia el
pueblo y sólo el pueblo es el que manda. Nos tocará convivir con un gobierno
nacional cuyas propuestas no compartimos pero cuya legitimidad popular
respetamos", afirmó, al tiempo que pidió que "también de la misma
manera se respete la voluntad de la mayoría de los bonaerenses que respaldaron
masivamente un proyecto de desarrollo, inclusión y defensa de derechos, que es
el que llevaremos adelante en la provincia de Buenos Aires. Los bonaerenses
dijeron que no sobran derechos, que no sobra Estado, y sabemos que nada de eso
se consigue sin recursos".
El reclamo en torno a los recursos económicos fue otro aspecto central de
la alocución. Frente a versiones que han circulado en las últimas semanas, el
gobernador describió un panorama en el que "lo verdadero es que la
provincia de Buenos Aires es la que menos recursos gastó por habitante el año
pasado. Y no lo digo con orgullo, sino al revés, como un reclamo en nombre de
los bonaerenses que representamos y defendemos" advirtió. "Nuestra
provincia es, además, la segunda que menos trabajadores estatales tiene cada
mil habitantes. El origen de esta desventaja que limita las posibilidades de
brindar servicios públicos de calidad obedece a una causa principal: somos los que
proporcionalmente recibimos menos recursos de la coparticipación. Y esta
situación constituye una enorme injusticia: aportamos casi el 40% y recibimos
poco más del 20", describió. De este modo, reconoció que en la provincia
faltan “escuelas, asfalto, hospitales, infraestructura; pero lo que no se dice
es que lo que sin dudas falta en la provincia son buena parte de los recursos
que produce y aporta al sistema de la coparticipación. Con semejante
desproporción entre lo que producimos y aportamos y lo que recibimos, es
imposible dar respuestas adecuadas", aseveró. E invitó a todos los
partidos políticos con representación legislativa a encolumnarse detrás de su
demanda: "lo que nos toca como generación de dirigentes bonaerenses es
recuperar los recursos que les fueron quitados a nuestra provincia".
Para finalizar, y en relación al clima político de las últimas semanas, sostuvo que “los discursos del odio históricamente conducen a la violencia y a la persecución. A 40 años de democracia, sigamos eligiendo debatir y resolver nuestros desacuerdos en paz. Discutamos los planes económicos, discutamos el rol del Estado, discutamos todo. Pero por favor, no discutamos las bases de sustentación de nuestra sociedad: la soberanía, la solidaridad, y la certeza de que formamos parte de un colectivo, de que compartimos un destino común”.